NO AL DIOS DE LAS RELIGIONES

Nací en Barranquilla, Colombia en 1.966.

Fuí alumno destacado del Instituto Pestalozzi, en el que me gradué como bachiller académico. La militancia izquierdista me apartó de mi sueño de ser arquitecto. Fue una época de ateísmo y de mucha separación de la familia.

Me dediqué a subsistir trabajando en la calle, aprendiendo a trabajar los murales con el pincel y la brocha. Cúcuta fue la ciudad que me dio la oportunidad de trabajar. Allí tuve una etapa religiosa y luego me separé de dichas creencias, estudiando objetivamente la Biblia y viendo sus muchos errores, entendiendo que es un libro de literatura, muy poco original y que no podía ser la guía moral de nadie.

Como soy aficionado a escribir, he tenido varios blogs alojados en internet en los que escribo sobre dichos temas. Me importa mucho la crítica y la denuncia contra la Biblia y el cristianismo en particular, a ver si algunos logran quitarse la venda y las cadenas que les han puesto. Respeto al creyente de base que solo es el fruto de la manipulación pero enfrento al dirigente que hace parte de un sistema de dominación, que se lucra con la fe, que promueve ideas que dividen familias y comunidades.

Promuevo el respeto y la tolerancia entre los pueblos, entendiendo que si hay un Dios no debe tener favoritismos escogiendo a un determinado pueblo elegido, pero (asimilándome mucho al deísmo) pienso que aún así Dios nos dejó un mundo cargado de problemas en los que es el hombre y sus propias decisiones el que debe buscar las soluciones, soluciones que no vendrán con chasquidos de dedos y oraciones mezquinas y sectarias.

Entiendo que el ateo existe en la medida que existe el religioso y sus abusos. Me considero un puente para facilitar el diálogo con ellos, y no los juzgo ni pretendo que por su ateísmo sean menos personas ni menos dignas que nadie. Prefiero la ética a la religión.