LA FALTA DE RESPETO DE LAS RELIGIONES, LOS FALSOS HISTORIADORES

Abre uno un libro de historia y encuentra que, por ejemplo, se dice que las primeras aldeas chinas datan del 7.500 años antes de nuestra era ubicadas en el neolítico. Si se habla del origen de los egipcios y los pueblos mesopotámicos leemos que “Fue en Egipto, a lo largo del río Nilo, y en Mesopotamia, en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates, donde se desarrollaron las primeras civilizaciones consideradas históricas.” Esa es la historia de sus orígenes. Vinieron de otros antepasados y punto. No mencionan que Dios los haya creado.

​Pero si se habla de los hebreos (pueblo sin pasado histórico demostrable antes de David) se dice que Dios creó el mundo, que Adán y Eva, que el pecado, que el diluvio y llegan por genealogías hasta Abraham, Isaac y Jacob, que es el propio Israel del cual procederían los israelitas. O sea que los pueblos que la historia demuestra con escritos, con cerámicas, con restos arqueológicos, que son más antiguos que todos no vienen de Dios pero los judíos (que llegaron de último y aparecieron hace unos 6.000 años) son la creación directa, maravillosa y exacta del mismo Dios. Y lo hacen copiando los mitos de los pueblos más antiguos, mitos que si se leen dentro del contexto egipcio, babilónico o sumerio quedan reducidos a simples mitos sin valor, procedentes de una cultura determinada pero en manos de los copiones judíos se vuelven hechos irrefutables, verdaderos e históricos. Vaya falta de respeto con la verdad.

Hoye en día se pretende seguir con esos cuentos ofensivos y faltos de la más mínima ética del respeto. Textos tan conocidos en el mundo cristiano como que “solo en el nombre de Jesús y en ningún otro nombre hay salvación” se proclaman irresponsablemente ofendiendo a la verdad y a las otras culturas de la tierra.

El que diga que Dios se llama Viracocha le pone un nombre y un concepto de divinidad que es válido para el panteón de las divinidades andinas, siendo quizá la más representativa, pero no es un nombre de valor universal para atribuírselo a Dios.

El que diga que Dios se llama Alá lo considera así porque ejerce el legado de la cultura musulmana pero no obliga a considerar a nadie que ese nombre sea el del dios del universo.

El que alguien diga que dios se llama ELOHIM (la divinidad politeísta de los judíos) o YAWHÉ (el dios superceloso y agresivo de la misma cultura) no quiere decir que el dios universal se llame así, porque ese nombre es el resultado de su cultura específica.

El que sigan que Jesucristo sea el salvador del mundo es un irrrespeto y que solo en su nombre hay salvación es el producto de la irresponsabilidad del cristianismo, porque ese nombre y ese concepto de salvador proviene de una cultura específica y no es aceptado por otras culturas como lo que se dice que es.

Así que no abusen con su cuentico. Jesucristo no es el salvador de la humanidad, es un símbolo, un ícono del cristianismo para que lo sigan creyendo los cristianos más no quienes crean el Corán o en los Vedas hindúes o en cualquier otro libro o expresión de otra cultura, o quienes no creemos en ninguna religión. Jesús sigue siendo la más vulgar copia de Osiris, de Krshna, de Mitra, de Buda, de Ulises, de Rómulo, de Dionisio, de Hércules, de Glycon, de Zoroastro, de Attis y de Horus. No es ningún dios ni salvador universal sino el prototipo de una cultura determinada.

Jesús y su salvación son teología hebreo-cristiana, no universales. Tanto que esperan que esa salvación pase por una fase en que una ciudad baja del cielo y se llama la nueva Jerusalén, no la nueva Calcuta, ni la nueva Barranquilla, como fuera si Jesús fuera parte de la teología hindú o de la teología costeña.